miércoles, 14 de septiembre de 2011

Dime 10 palabras + 4 personajes+ una escena

Me encuentro sola, pero no me importa, quiero estarlo...Comprender como en una semana pudo cambiarme toda la vida como un adiós seguido por el sonido de una puerta pudo hacerme tanto daño ¿Debería haberle dicho la verdad? No, se que lo que hice fue lo acertado, aunque mi corazón no dicte lo mismo, decía cortadamente mientras una cálida lágrima recorría mi mejilla, miro al cielo, en el cual empiezan a salir tímidamente las primeras estrellas de la noche, el mar está en calma y la brisa del mar golpea suavemente mi cara en un atardecer presumiblemente hermoso y eso me calma, miro el reloj, pero no me importa la hora, siento rabia, odio, tristeza, como si fuera un bombardeo de sentimientos continuo a mi cabeza intento no pensar pero parece ser que mi conciencia y mi paciencia se han vuelto aliados.... Recuerdo cada instante de lo que paso no hace muchas hora, no pude decirle la verdad, por qué no pude, porque le nege que sentía amor, por qué mentí, me odio, soy idiota, lo amo, lo sé, pero está ella, mi mejor amiga, es su novio, nunca podría hacerle eso, aquel sabes que te quiero no tendría que haber salido nunca de sus labios, soy una mala persona, ella no se lo merece no soy nadie para hacerle eso...
Mis pensamientos me impiden ver que se acerca Cristian, el cual se sienta a mi lado, su fuerte olor a alcohol me consumía por momentos, casi me asfixiaba, hasta que su sonora voz rompió mi silencio, venía acompañado de su perrita Luna, la cual se acomodó entre mis piernas, parecía un peluche, en cambio, Cristian me habla, pero siento su voz muy lejana, de repente de su maleta saca una gran bandera de Inglaterra, provocando en mi un gran asombro, entonces me la pone sobre los hombros al percatarse que tenía frio, me dijo que la había quitado de un mástil que sabía que le haría falta.. Hablamos durante horas, de tal manera que llegué a un punto que todo se dispersó, volví a ver sol en plena noche, me ayudó a comprender, a entender,...dejé de sentir aquella opresión en mi pecho, abriendo paso a un linda paz interior mientras me acomodaba en su hombro para ver las estrellas. Años después, me vuelvo a encontrar en esa playa de antaño, pero ahora no estaba sola una niña de cachetes sonrojados me acompaña, me sonríe y le enseño la lengua, entonces se ausenta y sale corriendo hasta un hombre sobre el que se tira dándole un sonoro beso y diciéndole muy efusiva hola papá, se acercan los dos a mi encuentro suelta ala niña, que llevaba en brazos, me me besa, sintiendo sus tibios labios en mi boca, le sonrío y le digo hola Cristian

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