jueves, 16 de junio de 2011

Aprendí

Aprendí a ser un animal nocturno, a reír cuando quería llorar, a salir de casa sin pensar en volver o no volver. Sin querer me hice de piedra, sin saber, empecé a morir, maté a mi alma de hambre.
Si pudiera parar el tiempo, sabotear el silencio, mandar en mí…
Yo no quiero querer y ser presa otra vez, pender de un hilo, pender de unas manos resbaladizas, no, eso ya no…
Caer, volver a caer, y levantarme en silencio como ayer, sin lágrimas…ya no hay lágrimas…


2 comentarios:

  1. Las lágrimas a veces son necesarias, querer no significa ser débil, ni una presa, y aunque queramos no podemos controlar nuestros sentimientos, a veces hay que resignarse y prepararse para sufrir y seguir adelante

    ResponderEliminar